Todo empezó buscando cómo levantar la economía local, ayudar al ecosistema y mejorar el significado de la palabra futuro, hacia una versión más optimista.
He tenido una tragedia personal hace un par de años que roce la vida y la muerte y por ello me desperté queriendo hacer algo más en mi vida. Lo que entre otras cosas me llevó a escribir un libro, motivado por mis amigos y familiares para contar lo que había conseguido que estaba ayudando a todos los que les contaba.
Pocos días después de año nuevo 2017, quedo con unos amigos para cenar. Inicio de año, las nuevas expectativas en camino. Esa lista de los deseos que parece que nunca nos acordamos de seguir. En eso que lógicamente acabamos hablando de mi libro, Escribe Tu Futuro, muy relacionado con los objetivos de la vida y cómo realmente cumplirlos. Por cierto si quieres echarle un ojo al libro lo puedes encontrar en Amazon
Así que empezamos a filosofar lo que realmente queremos hacer en la vida que no lo estamos haciendo por el trabajo, las responsabilidades, la falta en general de tiempo.
- “Me gustaría realmente contribuir en el futuro. Quizás podríamos hacer más cosas de las que hacemos, aunque sea intentarlo”, comento en la mesa.
- “A mi también me gustaría participar en todo lo que está viniendo de forma más activa. Por eso lancé un fondo de ayuda a las startups”, comentaba la pareja amiga, por cierto de admirar. “Pero cómo vamos a contribuir a la humanidad. ¿Qué podemos hacer para aportar la semilla que cambie el mundo? ” continúan.
- “Si lo pensamos, somos gente bien relacionada, bien posicionada en la sociedad, con los contactos adecuados para intentarlo al menos. Es sólo ponerle tiempo y ganas. Lo único que nos falta, pero seguro que le sacamos 10 minutos al día para hacer llamadas.” les digo con confianza en las palabras.
- “Venga ya. Que hace falta más que tiempo y ganas.” me comentan.
En eso que tras unas cuantas copas (no vamos a desvelar cuantas), se nos apareció la luz. Igualmente luz o no, flash de cámara o lo que haya sido que tenía ese vino, dejamos el tema pasar la noche, y varios días.
Durante varias semanas lo fui meditando con la almohada. Finalmente decido hacer unas cuantas llamadas para validar lo que hacía meses venía pensando y que después de hablarlo en la cena, me quería tomar más en serio.
Llamo a mi amigo de la cena y le comento:
- “¿Y si lo que hacemos es un evento? Algo distinto que llegue a la gente. Que cambie la mentalidad de los que escuchan sobre el futuro. Es que si te fijas las perspectivas actuales, con tanta tecnología, crisis, inteligencia artificial. La sociedad tiene miedos. Y los miedos son más j*** que los problemas. Un problema se resuelve, pero los miedos necesitan terapias algo más complejas.”
- “¿Estás planteando un movimiento para ayudar a tener un futuro mejor?” me comenta.
Vamos, como si nada. La cosa fue mejorando cuando tras llamar a unos cuantos contactos, el 100% de ellos se uniría a la causa. Sí, cien por cien. Con esa efectividad fue suficiente motivación como para empezar de verdad.
Y ahora el 24 de Noviembre es una realidad. ¿Quieres venir?
Continuará…