La tecnología se une al buen comer con el producto estrella de Natural Machines, que pone al alcance de todos una alimentación variada, saludable y más completa que la basada en la oferta de los supermercados
Emilio Sepúlveda, cofundador y CEO de Natural Machines, nos cuenta en primera persona las metas y retos de poner en marcha un proyecto tan especial.
Cuando pusimos en marcha Natural Machines, teníamos una idea muy clara de cuáles eran los objetivos que queríamos alcanzar. Nuestro propósito principal era hacer posible que los usuarios en cualquier parte del mundo tuviesen la posibilidad de crear sus propios platos. Cada plato es adaptado a sus necesidades y gustos, diferente de la oferta disponible en los supermercados.
En los supermercados el espacio está limitado, lo cual hace imposible exponer la variedad suficiente para satisfacer a cada individuo. Por ejemplo, existe un número reducido de tipos de pizza en el lineal. En cambio, con Foodini se pueden crear un número ilimitado de variedades, tanto en forma, como en tamaño, sabor, valores nutricionales, etc.
Se trataba de llevar una fábrica de alimentos en miniatura como Foodini, una impresora 3D de alimentos, al hogar y a los profesionales, de forma que usando los ingredientes de su elección y a su alcance, pudiesen llegar a producir platos adaptados a sus necesidades.
De la idea a la empresa
El proceso de llevar esta idea a la práctica ha sido largo y duro. Hemos tenido que superar las mismas dificultades que cualquier otro startup (ej. desavenencias entre los socios originales, no disponer de todos los recursos necesarios), más las derivadas de estar en un país poco propicio para impulsar proyectos como el nuestro (regulación poco amigable, impuestos altos, poca disponibilidad de liquidez). No obstante, hemos tenido la suerte de contar desde el principio con un socio industrial muy potente y con un equipo que nos ha permitido superar todas estas dificultades.
Al ser los primeros en el mercado, hemos tenido la dificultad de presentar de la manera más atractiva un proyecto tan innovador a potenciales socios e inversores.
Sin embargo, nos ha sido muy fácil explicárselo a clientes. Han entendido enseguida el concepto y han visto las oportunidades para su negocio. El no tener una referencia clara en cuanto a competencia, nos ha permitido disponer del tiempo necesario para adaptarnos a lo que nuestros clientes pedían, mejorando el producto hasta llegar a la versión que estamos comercializando.
El proceso de aprendizaje y la experiencia de afrontar un gran reto
Aprender cómo los clientes veían el producto ha sido una de las partes más gratificantes del proyecto. Nos ha permitido entender mucho mejor el impacto que podíamos tener y dirigir mejor nuestros esfuerzos; no sólo respecto a la puesta de producto en el mercado, si no también en cuanto a focalizar nuestros esfuerzos en la dirección que nos permita ejecutar nuestra estrategia a largo plazo.
Más allá de afinar el producto, la parte de este proceso de aprendizaje que ha resultado más interesante ha sido el descubrir segmentos de clientes y aplicaciones que no teníamos previstos y que se han convertido en fuentes muy relevantes de demanda.
Nuestros casos de éxito:
Existen dos casos que nos hacen sentir especialmente orgullosos por el potencial impacto en la sociedad de nuestro proyecto.
Por un lado, dentro del ámbito de la personalización, que es para lo que inicialmente habíamos creado Foodini, hemos recibido una demanda no anticipada. Esta ha sido desde el ámbito hospitalario relacionado con la nutrición clínica (también en el área de alergias) y la alimentación de enfermos con determinadas afecciones (p.e. enfermos con disfagia).
En estos casos, Foodini permite la posibilidad de crear platos idénticos o muy similares a los que consumiría una persona sana y que cumplan con las necesidades de los enfermos. Por ejemplo, el Hospital Universitario de Utah usa Foodini para mejorar la calidad de vida de enfermos de cáncer.
Asimismo, estamos trabajando con ingredientes sin gluten para permitir que ser celíaco no sea un obstáculo a la hora de consumir alimentos. Un ejemplo sería la pizza, el pan o cualquier otro producto sin tener que pagar excesivamente por ello.
El impacto social
Estamos volcando bastantes esfuerzos en la reducción del desperdicio de alimentos en toda la cadena logística. Técnicamente es un doble impacto, ya que afecta tanto al medio ambiente como al retorno de las empresas que usan Foodini.
“Durante los próximos 40 años, se requerirá un gran aumento en la producción y fabricación de alimentos, que es casi sin precedentes en la historia humana”.
Este es especialmente el caso debido al hecho de que el planeta necesitará representar 2.700 millones de bocas adicionales para alimentarse durante ese tiempo. (Smithers, 2015) El problema del desperdicio de alimentos es que tiene unas dimensiones de las que la mayoría de la población no es consciente. Siendo más del 50% de la producción alimenticia descartada en algún punto de la cadena. En la actualidad estamos trabajando con empresas de alimentos, en los sectores cárnicos, pesca, verduras y frutas. Les ayudamos a encontrar un uso útil a la producción que no encuentra un hueco en el mercado, que en algunos casos llega hasta al 30% de la producción.
Aquellos cortes de carne o pescado demasiado pequeños o visualmente no atractivos para ser puestos a la venta en el canal habitual, pero igualmente nutritivos, suelen acabar como producto para consumo animal o directamente en la basura.
La comida actualmente desperdiciada solo en Europa podría alimentar a 200 millones de personas. Si solo se pudiera ahorrar ¼ de los alimentos actualmente perdidos o desperdiciados en el mundo, sería suficiente para alimentar a 870 millones de personas hambrientas. (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, 2017)
Misión
Foodini se convierte en un canal alternativo para estos productos. Los transforma para que tengan un aspecto igual de atractivo visualmente para el consumidor.
En el caso de las frutas y verduras, el proceso de recuperación es exactamente el mismo. Se conservan las piezas que no se pueden vender en formato liofilizado o deshidratado para su posterior uso en Foodini. Lógicamente, recuperar parte de los desperdicios tiene un impacto económico positivo en las empresas de alimentos que hace que la adopción de la tecnología, como canal de distribución, tenga pocas voces en contra.
Si nos ponemos en la piel del usuario de Foodini, como, por ejemplo, los restaurantes, el dispositivo permite utilizar partes de alimentos que no hubiesen sido servidas. De esta manera se pueden crear obras de arte con las que impresionar a los clientes. En este caso, más allá del impacto de las creaciones que puedan imaginar los chefs, el retorno económico por el mayor aprovechamiento de la materia prima les permite rentabilizar su inversión en Foodini en un plazo muy reducido de tiempo.
Levantar capital
La relevancia de este aspecto relacionado con el aprovechamiento de las materias primas en nuestro proyecto va mucho más allá de cómo añadir valor a nuestros clientes. Esto nos ha permitido captar inversión proveniente de una firma de venture capital que invierte únicamente en proyectos de economía circular.
Este factor se traduce en que ganamos aún más visibilidad en las empresas de alimentación y de distribución de alimentos. Una de sus mayores preocupaciones es reducir el impacto negativo en el medio ambiente en general y el desperdicio de alimentos en particular. Esto nos ayuda (y mucho) en nuestra estrategia a largo plazo de llegar a convertir a Foodini en un electrodoméstico común en la mayoría de los hogares en los próximos 10 años.
Podemos concluir que el hecho de haber tenido la oportunidad de adaptarnos a nuestros clientes y de haber tenido el tiempo de entender bien el impacto que Foodini puede tener en el ecosistema, nos ha permitido reposicionar nuestra propuesta de valor para tener un impacto positivo en toda la cadena, no únicamente en el usuario final.
Actualmente, uno de nuestros objetivos más importantes es que la mayor parte de actores de este ecosistema relacionados con la alimentación tengan una idea clara de cómo les podemos ayudar a mejorar sus resultados. Tanto a nivel económico como a nivel de impacto ambiental. Y, recoger el retorno en forma de una demanda mayor de la esperada de sectores con los que no contábamos. A la vez, tenemos un camino muy claro para ejecutar nuestra estrategia para llegar al hogar.